La entrada de las mujeres a los ámbitos empresariales es un fenómeno de apenas el siglo pasado, ya que estos han sido sitios ocupados, tradicionalmente, por hombres. Las mujeres han salido del escenario doméstico y entran al espacio público, como generalidad, sin abandonar los roles que tradicionalmente les han sido asignados.
Este es un fenómeno que influye de forma peculiar a las mujeres y a la empresa. Por tanto, debe ser un foco de atención para toda estrategia de recursos humanos que desarrolle una institución, ya que las exigencias laborales y la asunción de cargos de dirección, como parte del desarrollo profesional de los seres humanos, tienen un impacto diferente en la personalidad de hombres y mujeres.
¿Qué dificultades nos afectan?
- Las dificultades para conciliar la vida personal y profesional.
- La contraposición de habilidades y competencias que deben desarrollar en el ámbito familiar y laboral.
- Los esfuerzos para alcanzar el reconocimiento por sus capacidades y no por sus atributos sexuales.
- Que las mujeres asumen estilos de dirección autoritarios e incoherentes con el condicionamiento social desde el que fueron educadas, como única vía para alcanzar el éxito en este sector.
- Los horarios laborales extendidos, que obstaculizan el desempeño de responsabilidades familiares y personales.
- La doble y hasta triple jornada laboral a la que se ven exigidas.
- La victimización generada por la supuesta “protección”, cuando se les libera de responsabilidades laborales que son parte de su superación profesional, por tener una familia, hijos e hijas.
Carrera laboral
- Abandonos.
- Interrupciones.
- Estancamientos: pérdida de oportunidades de superación .
- Pérdida del cargo.
- Importación de estilos de liderazgo masculinizados para obtener el éxito.
Subjetividad
- Malestares subjetivos.
- Daños a la salud.
- Crisis de identidad.